jueves, 24 de septiembre de 2015

Rumbo Tahiti

RUMBO TAHITI

El 20 de Septiembre nos levantamos a las 5 de la mañana con intención de visitar una de las bahías de Nuku Hiva para limpiar el casco de algas y percebes, antes de marchar hacia Tahiti. Debemos llegar antes del 30 de Septiembre, la familia tiene que sellar los pasaportes allí porque de momento, al no haber tramitado las visas con antelación se encuentran en situación de ilegalidad.

Bahia de Anaho
La Bahía de Anaho se encuentra situada en la zona norte de la Isla de Nuku Hiva, para llegar allí navegamos la cara Este de la isla, aunque el fondo marino de esta parte no está cartografiado. Por suerte no tuvimos ningún problema en navegarla, dejando una distancia prudente de la costa, aunque en zonas volcánicas nunca se sabe, puedes encontrar un seco o un pico en el agua de manera muy aleatoria. Como digo, la bahía se encuentra al norte, esta rodeada de varios picos volcánicos y pequeños valles completamente tapizados por cocoteros y otra vegetación tropical.

Cara Norte de Nuku Hiva con algunas esculturas de piedra
La playa de arena se encuentra amurallada bajo la superficie por un arrecife de unos cuantos metros de profundidad. El arrecife es basto y variado, con gran cantidad de peces y conchas pero en proceso muy avanzado de degradación. Realmente es triste divisar las ruinas de lo que seguramente fue un precioso punto de biodiversidad saludable hace menos de 20 años. El coral es muy sensible a los cambios de temperatura, salinidad y acidez; la contaminación de las aguas y el calentamiento global provocará la desaparición de todos los corales del planeta en menos de 35 años, según la WWF.



A nuestra llegada a la playa anclamos a unos 10-15 metros de profundidad, el agua estaba tan llena de plancton que no se veía el fondo, queríamos echar el ancla en la arena pero debíamos tener alguna roca cerca porque cuando la cadena se movía hacía ruido de estar tocando roca. Aún así no tuvimos ningún problema durante la noche, aunque a veces el viento soplaba con rachas fuertes. Una vez en el agua nos tomó varias horas limpiar el casco, con un par de espátulas, un cepillo y un estropajo. No quedó perfecto pero al menos está mejor que antes...jeje.

Antes de que el sol se ocultara fuimos a bucear al arrecife, encontramos unas cuantas Rayas Manta por el camino, peces grandes, pequeños y sobre todo muchos diferentes tipos de coral en estado bastante lamentable, como he dicho.


A la mañana siguiente zarpamos rumbo Tahiti y a pocas millas de la costa se nos unió un grupo de delfines que estuvo navegando con nosotros un buen rato. Ha sido la visita más larga que hemos tenido por el momento.



Idoia Chicoy García
Calderón gris, Asociación para la Conservación del Medio Marino
Costa de la Luz 16 A | 30740 | San Pedro del Pinatar | Murcia






miércoles, 16 de septiembre de 2015

Islas Marquesas


Ayer, después de 23 días navegando llegamos al Archipiélago de las Marquesas. Avistamos tierra el lunes 14 de Septiembre, la isla de Ua Huka, estuvimos navegando toda la noche y por la mañana cuando amaneció nos encontrábamos en la mitad, entre la isla que avistamos la tarde anterior, Ua Pou y Nuku Hiva. Cuando me levanté por la mañana y vi Ua Pou me puse muy contenta, el paisaje de la isla desde el barco era espectacular, una isla volcánica de la que se ha desprendido gran parte dejando a la vista sus llamativos negros conos basálticos. El aspecto de todas las islas es bastante espectacular.
Nuku Hiva no es menos, echamos el ancla en la Bahía de Taiohae, el único núcleo urbano de la isla, según tengo entendido. El resto del día lo pasamos tramitando papeleos, Barry le ha sido de bastante ayuda a la familia ya que es el único abordo que habla francés y ellos al ser de nacionalidad china y no tener ningún tipo de visa tienen dificultades para transitar el archipiélago legalmente.
Por lo demás todo en orden, intentando dormir de un tirón después de un mes de guardias y tratando de disfrutar de la rica comida que ofrece la isla.



Saludos!


Idoia Chicoy García
Calderón gris, Asociación para la Conservación del Medio Marino
Costa de la Luz 16 A | 30740 | San Pedro del Pinatar | Murcia



domingo, 13 de septiembre de 2015

21 DIAS EN ALTA MAR

21 DÍAS EN ALTA MAR

Hoy hace 21 días que zarpamos de Santa Cruz, Islas Galápagos. El océano ha estado tranquilo, dicen los marineros que éste es el pasaje más largo pero también el más placentero de nuestra ruta hacia Nueva Zelanda. Los alisios soplan moderadamente en esta época del año desde el continente Sudamericano hasta prácticamente la mitad del Pacífico Sur y la corriente ecuatorial del Sur navega en la misma dirección. Por eso se eligió esta ruta de navegación y no otra, que las hay, más al sur o más al norte. Además, la del Norte en esta época del año se ve afectada por los huracanes, este año han tenido 3 simultáneos, Kilo, Ignacio y Jimena; una cosa inaudita.
Nosotros hemos navegado con viento de través y largo, evitando a toda costa el viento de popa, ya que este barco no navega bien en ese rumbo. No tenemos spinaker ni tangón para el génova por lo que hubiese sido una pesadilla navegar de popa con las velas cambiando de banda con cada ola, además de que podíamos haber sufrido alguna rotura, otra cosa que es siempre mejor evitar cuando se navega tan lejos de la costa. Para evitar esos vientos directos de popa estuvimos navegando siguiendo la línea del Ecuador por un tiempo y luego, progresivamente, hemos ido cambiando el rumbo más hacia el sur. Apenas nos quedan 230 millas para llegar a nuestro siguiente destino, la isla de Nuku-Hiva, Islas Marquesas, Polinesia Francesa.
La travesía como digo ha sido tranquila y placentera, cuando te acostumbras a la rutina de las guardias, los días pasan rápido, si no escribes todos los días al final no sabes en que día estás. Para mi esta parte del viaje era la más importante y la que más miedo me daba, 3000 millas a vela son muchas millas y cuando viajas con gente sin demasiada experiencia, esto puede convertirse en un problema. Ni siquiera yo sabía como reaccionaría tantos días en alta mar, después de todo, las travesías en el Mediterráneo pueden ser traicioneras pero no duran muchos días, el Mediterráneo es un mar relativamente pequeño, si lo comparas con el Océano Pacífico, "The Real Ocean" como ya le he oído decir a más de un marinero en este viaje. Los peligros son múltiples, desde una rotura hasta chocar con container a la la deriva, un tronco de árbol, o una ballena dormitando...El caso es que, a pesar de todo, he disfrutado mucho de cada uno de los días. Escribo un diario, he leído varios libros (cosa que nunca tiempo de hacer cuando estoy en la civilización), hago ejercicio como puedo con el TRX en la cubierta, reflexiono y estoy aprendiendo a meditar, despacio, pero sin perder el paso.
Cuando estás tan lejos de tierra tanto tiempo todo se relativiza, el tiempo no tiene mucha importancia excepto para saber cuando estás de guardia, el mar es una basta superficie que lo rodea todo y que puede engullirte en cualquier momento (un día que pescamos me caí al agua llenando un barreño de agua y fueron los 4 o 5 minutos más largos de mi vida hasta que volvía a subir a cubierta, hacia dos días habíamos visto un tiburón merodeando al rededor del barco, imagínate, me pasaron por la cabeza todas las escenas de tiburón una detrás de la otra...que mal..). Las estrellas son un espectáculo, estos últimos días sin luna han sido los mejores para ver todo tipo de fenómenos naturales como plancton bioluminiscente, medusas, estrellas fugaces, aerolitos (o basura espacial) que cae desde la atmósfera... También nos han visitado delfines de varios tipos y calderones, las visitas han sido cortas pero, como siempre, muy bienvenidas.
Por lo demás el viaje ha sido bastante tranquilo y sin altercados, por una parte con ganas de llegar y ver los archipiélagos volcánicos y por otra con ganas de seguir navegando.
Algunos días me levanto con morriña, echo de menos mi vida en Murcia, aunque no la precariedad de la situación económica en España, donde no se me permite trabajar con un sueldo digno y por la que he tenido que emigrar por un tiempo que todavía me es incierto. Me acuerdo de los paseos por la playa con Amelie (a la que echo mucho de menos), de las reuniones familiares, de las tardes en la huerta con los bonicos y las bonicas, de los vinos en Cartagena con Arturo y Marta, las regatas y los moniwoles, en fin...un besazo a todos.